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La electricidad: energía de alto valor añadido

La electricidad: energía de alto valor añadido

A modo de presentación

Este artículo sobre la electricidad quiere ser el primero de una serie que con cierta periodicidad, aún por determinar, iremos publicando desde Seneo con una doble intención. Por un lado pretendemos informar sobre temas energéticos, sociales y medioambientales y por otro lado queremos crear un debate, vivo, activo y actual en torno al tema tratado. Para iniciar este blog de la nueva web presentamos este primer artículo

 

 

La electricidad: energía de alto valor añadido

La humanidad ha necesitado desde siempre de energía para su evolución y crecimiento. La propia fuerza humana, la madera, el carbón, los animales o el petróleo han sido las fuentes de energía que han ayudado al hombre a vivir y crecer. Desde hace poco más de cien años una nueva energía entró a formar parte de las fuentes energéticas utilizadas por la humanidad, la energía eléctrica.

La electricidad es una energía generada a partir de procesos técnico-industriales que utilizan como energía primaria el carbón, el petróleo o el gas si se trata de una central térmica o de ciclo combinado, el viento y el sol si hablamos de centrales eólicas y fotovoltaicas, el plutonio enriquecido en centrales atómicas ó el agua represada si lo hacemos de una central hidroeléctrica. En cualquiera de los casos este proceso de fabricación de la electricidad deja una huella ecológica que en mayor o menor medida tendrá unas consecuencias medioambientales. Como consumidores del siglo XXI debemos ser conscientes del origen de la electricidad que consumimos. No es lo mismo utilizar kilovatshora (kWh) provenientes de una central de carbón o nuclear con una clara huella ecológica en forma de contaminantes a la atmósfera o residuos nucleares, como hacerlo de una central fotovoltaica que, más allá del proceso de fabricación de las placas solares, no emite ningún tipo de contaminantes.

Hay cada vez más comercializadoras eléctricas que venden kWh 'verdes', es decir aquellos que han sido generados con procesos limpios como son el proceso fotovoltaico o el eólico. Esta calificación de energía verde la realiza la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) un organismo oficial e independiente que emite certificados de origen de la energía eléctrica. Seneo sólo comercializa a sus socias energía con certificación de origen garantizada por la CNMC.

Debemos concluir pues que la electricidad tiene una clasificación superior con respecto a su categoría energética, pues ha sido generada a partir de un proceso primario. Podríamos decir que la electricidad es la forma energética con más valor añadido. Y como tal deberíamos considerarla cada uno de nosotros como usuarios. La electricidad es, independientemente de su precio de mercado, energètica y mediambieltalmente cara, pues para su génesis hemos tenido que emplear no sólo carbón, gas, petróleo o uranio sino también una tecnología de generación y una red de distribución cara y en demasiados casos con gran impacto ambiental. Es esta cuestión la que nos debería hacer especialmente sensibles a su utilización. Más allá del precio del kWh a pagar en la factura mensual, el usuario debe ser consciente de su coste energético así como de la diferente huella medioambiental en función de su tecnología de generación.

No es intención de Seneo un retorno a los orígenes recomendando apagar las luces, o la estufita de casa. Sin embargo sí que deseamos transmitir la idea de que la electricidad es una  Smart Power que se debería utilizar solamente en aplicaciones específicas. La electricidad debería ser la energía a emplear para mover máquinas domésticas e industriales (electrodomésticos, electrónica, iluminación, automoción eléctrica, etc), equipos informáticos y de telefonía y comunicación. Mientras que los procesos caloríficos (cocina vitrocerámica, calentador de agua, calefacción y calor en todas sus manifestaciones, etc) deberían implementarse por medio de gas, leña, pellets, etc. La electricidad no se ha hecho para producir calor igual que no nos calentamos quemando billetes de 500 €. Una sociedad energéticamente avanzada debería utilizar las fuentes energéticas correctas para cada aplicación.

Tras estos razonamientos uno se pregunta: y entonces porque a tantas y tantas casas las cargas caloríficas como son la cocina, la calefacción y el agua caliente sanitaria son eléctricas? La respuesta a esta pregunta la dejamos para el siguiente artículo a publicar en este mismo blog. Pero mientras tanto sería bueno que os preguntárais por los intereses crematísticos del oligopolio eléctrico y más concretamente los de las grandes compañías productoras de electricidad.

Hoy lo dejamos aquí en espera de vuestros comentarios.

 

Josép Sanz Campos

Consejo Rector

Seneo