Andan los motores –esperemos que eléctricos- del Gobierno a toda máquina. En una España sin ley del cambio climático, lo que se intenta es dar pasos paralelos para ir adaptándose a criterios europeos, también internacionales, claro, que exigen que seamos cada vez más verdes. SENEO, como cooperativa eléctrica de energías renovables, ya trabaja desde hace muchos años en todo esto, faltaría más, siendo como es nuestra razón de ser. Hoy, sin embargo, sigue habiendo espacios vacíos en la normativa, lagunas que se van llenando poco a poco, y algunas medidas permiten pensar que se buscan soluciones. Un ejemplo es lo que se ha denominado como la ‘recuperación verde’. Un sí o sí que consiste en asumir el varapalo de la crisis económica que se avecina, pero aprovechar la situación para ver oportunidades. Y la ocasión verde está ante nuestras narices.
A mediados del pasado mes de mayo, el Consejo de Ministros dio un pequeño paso –pequeño, sí, pero un paso- al aprobar el proyecto de ley de cambio climático y transición energética para remitirlo a las Cortes, donde, posteriormente, debe ser aprobado. Con este proyecto de ley, el Gobierno pretende evitar combustibles fósiles y emisiones de gases de efecto invernadero. Pero claro, para todo esto hace falta dinero, incentivar, apoyar, a veces subvencionar, y en todo caso aplicar políticas económicas que permitan reaccionar no solo al ciudadano, sino a las grandes empresas generadoras de la gran parte de la contaminación. Del micro al macro.
70% de renovables en 2030
Casi siempre pensando en un periodo de tiempo de una década, la norma pretende que para 2030 el porcentaje de renovables sobre el consumo final de energía (esto es tanto electricidad como transporte) deberá suponer al menos el 35%. Hoy, ese porcentaje está alrededor del 20%. Según los objetivos marcados, en 2030 el 70% de la generación eléctrica deberá ser de origen renovable y se tendrá que mejorar la eficiencia energética en un 35%. Ya en 2050, el 100% de la electricidad tendrá que generarse con energías limpias. Así es que, por delante hay mucho que hacer.
Una oportunidad
El Gobierno piensa en esta ley como una oportunidad abierta. Además, se asume que la ‘recuperación verde’ no es algo que se pida exclusivamente desde las ONG ecologistas, sino que la Comisión Europea, las entidades financieras y grandes multinacionales también ven esa puerta abierta. Una mirada a Europa y a sus instituciones deja claro que uno de los objetivos principales es que las ayudas públicas apuesten por las renovables, entre otros sectores.
200.000 millones de euros
La ‘recuperación verde’ de la que se habla pasa por hacer una apuesta decidida. Según el proyecto de ley, la transición energética pondrá en curso 200.000 millones de euros de inversión. Eso sí, se detalla que el 70% será de capital privado, y el resto público. Esta inversión está prevista entre los años 2021 y 2030, aunque la idea es que el Ministerio para la Transición Ecológica acelere muchas inversiones para reactivar ahora la economía: crear puestos de trabajo, que según los cálculos del Gobierno, supondría un aumento del empleo neto de entre 250.000 y 350.000 personas para 2030.
Neutralidad climática en 2050
La nueva norma tiene un objetivo: conseguir la neutralidad climática en 2050. Se entiende como neutralidad climática que el balance entre las emisiones de gases de efecto invernadero y su absorción sea cero. Pero, ojo, porque a mediados de siglo precisamente las emisiones se pretenden que sean casi inexistentes. Según los números que maneja el Gobierno, en 2030 las emisiones españolas deberán reducirse por lo menos un 20% respecto a los niveles de 1990. Y ojo al detalle: en caso de revisarse los números y los objetivos, solo se podrán hacer al alza, y nunca a la baja. Esta reducción del 20% no concuerda, sin embargo, con lo que se pide desde el sector de las ONG medioambientales, que aspiran al 55%. En todo caso, todo en su conjunto sigue siendo un paso que permite que todo sume, por un mundo más habitable.